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La oficina siniestra

Horarios

  Si hay una cosa que se envidia, en general, a parte de la seguridad laboral es el horario de los funcionarios. Un horario que si lo comentas por la calle te dirán que es relajado y que, probablemente, sean los trabajadores que más desayunan. Y en eso tienen razón siempre que vas a una oficina de la Administración y el funcionario no está, es que está en su "mediahora" de desayuno. Mediahoras que, aunque parezca imposible, a veces parece medirse hasta en euros de lo largas que son.

  En mi oficina no hay reloj para picar, así que lo único que existe es un cierto autocontrol horario y el control de los lugareños que en este pueblo pequeño en seguida te ven por cualquier sitio por el que vayas fuera de hora. Esto del horario cada uno lo tomamos de una determinada manera. Alberto parece que su cama tiene agujas y le molesta porque siempre está alli antes de escuchar el cacareo de las gallinas. Alguna vez que he ido antes de la siete, a ver si por un día era el primero en llegar me ha resultado imposible adelantarle. Pero sólo eso a esas horas en que la mayoría de los mortales están quitándose las legañas, él está espabilado, sentado junto a su mesa en  una postura de "nosesabequeestáhaciendo". A veces coge las llaves y revisa todo, desapareciendo en la penumbra del cuarto secreto. Cuando lo veo entrar allí, siempre temo que el oscuro monstruo que allí pueda estar encerrado, se lo trague para siempre.

  Eduardo nunca llega a la hora y sus retrasos son, en ocasiones, de horas. Suele usar dos excusas típicas, la más habitual es que el reloj no le ha sonado, aunque sospecho que debe ser digital y no lo sabe poner en hora y la otra es que a mitad de camino se dio cuenta que se había dejado las gafas en casa y tuvo que volver. Una de esas veces le dije que si había salido a su hora por mucho que tardara en llegar a la oficina desde la otra parte del cuerpo, no se tardaba más de 8 minutos. Aunque nunca he sabido donde vive y sospecho que puede vivir en la capital, a 100 km, de aquí y viene andando. Al día siguiente no apareció a trabajar, esta vez la excusa fue más original, que llegaba quince minutos tarde y como a mí no me hacía mucha gracia que llegara tarde optó por quedarse en la cama. Sin palabras.

En cuanto a Olga, el sonido de sus tacones suele ser puntual, siempre entra en mi despacho a darme los buenos días con una luenga sonrisa que junto con la sorpresa de qué telas acariciaran hoy su linda figura, me sirven para alegrarme el resto de la mañana. El problema que tiene respecto al horario es la salida, siempre tiene algún problema que le obliga a salir antes: la visita de su hija, el del banco que la ha llamado, una compra urgente....me pide permiso muy seductoramente...y ¡cómo le voy a decir que no!

2 comentarios

Clooney -

Y los otros dos, qué relación tienen con Olga? cómo ves las relaciones entre ellos tres?

Brisa -

jajaja, mucho me temo que no me serviría la excusa de Eduardo para mi trabajo, así que no tomo nota. Uy uy con Olga, jajaja, para que luego digan que todos los jefes son malos ;.)

Ahora la sonrisa me la has regalado tú.Gracias.