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La oficina siniestra

Informática

    Sigo en estos post de presentación de la actividad cotidiana en mi oficina, tocando hoy el tema de la informática. Siempre me ha apasionado la informática, desde aquel viejo espectrum que tenía en casa y con el que me hacía sesudas programaciones en basic y empecé a trabajar con aquella antigua base de datos llamada dbaseIII. Lo primero que reclamé cuando me incorporé en mi oficina fue la dotación de un ordenador, ya no sólo para el uso del procesador de textos, sino como terminales que sirvieran para agilizar el trabajo y evitar "engaños" de la gente cuando acudían a alguna gestión.

    El problema que he tenido siempre en mi oficina es que nunca nadie ha sabido más que yo, y no por que yo sepa demasiado, sino porque los demás han sido auténticos negados al mundo tecnológico. Por un lado Alberto, es un verdadero objetor al PC, aunque le he ofrecido varias veces la posibilidad de aprender, huye de ellos como de una tormenta, yo pienso que más que nada porque se viera obligado, entonces, a hacer funciones que no son las que él cree que debe desarrollar.  A Eduardo, cuando tiene que hacer cualquier cosa nueva, se lo doy todo por escrito en un pormenorizado guión para que tenga que ir paso a paso. Pero la última vez no funcionó. El decía que estaba siguiendo paso a paso el guión y no salía, sobre todo cuando le daba a F 2. Hasta que me di cuenta que en vez de darle a la tecla del F2, le daba primero a la F y luego al 2, lógicamente no le funcionaba.

    En cuanto a Olga, no es que sea una lumbrera en este campo, pero al menos es despierta y cuando está un poco centrada y no con algunos de esos múltiples problemas que se trae al trabajo, suele aprender rápido y con eficacia. Aunque todavía me acuerdo el día que la hoy gritar: ¡Generoso, Generoso! Acudí presto a la llamada temiendo le hubiera ocurrido un accidente ante aquellos gritos. Tenía la cara lívida y sus ojos no se quitaban de la pantalla del ordenador, como quien hubiera visto un fantasma. -El ordenador está escribiendo solo- me dijo. 

  -Si quitas el archivador que tienes apoyado en el teclado, probablemente se pare- le contesté.

    Lo levantó, dejando al descubierto sus morenas y torneadas piernas, que me dejaron boquiabierto no me había fijado en su minúscula falda, aunque parte de ellas quedaban tapadas por su altivo escote...evidentemente el ordenador dejó de escribir solo. Desde entonces con la excusa de si tiene algún problema informático me coloco, de vez en cuando, detrás de ella y como en un triángulo paseo mi mirada del pc a sus piernas y de éstas a su escote. Yo diría que ella se da cuenta de estas miradas porque cuando me acerco noto un movimiento leve de su falda hacia más arriba de sus muslos.

3 comentarios

Clooney -

La informática.. y los informáticos, que nunca estan cuando los necesitas... aunque lo primero que te dicen es que pruebes a apagar y encender el ordenador, a ver si...

Brisa -

;-)

Olga -

Y nos has pensado que quizá fuera una excusa para llamar tu atención...
Saludos